Entrevista con Mike Bowers, CEO Inchcape Américas en Forbes: “Queremos estar a la vanguardia de la transición”

 

  • El representante del distribuidor automotriz lidera desde Chile la carrera regional por los vehículos de nuevas energías (NEV). La meta es adelantarse al ritmo del mercado y su estrategia, capacitar a técnicos y a vendedores para reducir la ansiedad de los consumidores.

La meta está trazada y el horizonte es claro. Mike Bowers, CEO de Inchcape Américas, tiene claro cuál es el camino que la industria automotriz —y Chile en particular— debe recorrer hacia la reconversión del parque vehicular con miras a 2035, cuando se espera que solo se importen vehículos de nuevas energías (NEV). No se trata únicamente de un cambio tecnológico, sino de una transformación profunda en la forma en que las personas se mueven, consumen y toman decisiones en torno a la movilidad.

Radicado en Santiago —ciudad donde vive y desde la cual lidera las operaciones de 14 países de América Latina y el Caribe—, Bowers observa un proceso que avanza a distintos ritmos, pero con una dirección inequívoca.

—¿Cómo ve la transición hacia los vehículos de nuevas energías en la región?


“En algunos mercados, como Hong Kong, ya cerca del 80% de las ventas son eléctricas. En América Latina va más lento, pero la tendencia es clara y consistente hacia los vehículos de nuevas energías”.

Para entender mejor qué hay detrás de ese ritmo desigual, Inchcape encargó junto a Ipsos el estudio Drivers of Change (Motores del Cambio), aplicado en seis países de la región, entre ellos Chile.

—¿Qué les mostró ese estudio sobre los consumidores?


“Lo que entendimos muy claramente es que las personas le dan un valor muy alto a la movilidad personal. Les da mejor calidad de vida, libertad, acceso al trabajo y la posibilidad de desarrollar sus actividades. Y cuando miramos la actitud hacia los vehículos de nuevas energías, el principal motor es la preocupación ambiental”.

Según ese estudio, más del 30% de los consumidores en la región declara que su próximo vehículo será de nuevas energías: “Pero la transición no ocurre sola. Nosotros tenemos que asegurarnos de estar listos cuando el mercado avance”, señala Bowers. “Queremos estar a la vanguardia de la transición”, enfatiza.

Inchcape, el mayor distribuidor automotriz independiente del mundo, decidió no esperar a que el mercado empuje solo. Bowers cuenta que su estrategia ha sido anticiparse: capacitar, educar y acompañar.

La lógica detrás de esta estrategia es clara: mientras persistan barreras como el precio, la falta de infraestructura de carga o la llamada “ansiedad por la autonomía”, la información y el acompañamiento serán decisivos en las decisiones de consumo.

—¿Cuáles son los principales obstáculos que detectaron?


“El costo, la infraestructura de carga y la ansiedad por la autonomía (causada por la duración de las baterías). Esas son las tres grandes barreras que aparecen de forma recurrente”.

—¿Qué están haciendo concretamente para acompañar el proceso?


“Estamos capacitando a nuestros técnicos y vendedores para que puedan manejar los detalles de los vehículos eléctricos a batería y para que puedan conversar con los clientes sobre cuáles son las mejores opciones para ellos, según sus necesidades”.

En paralelo, Bowers se mantiene la expectativa es que el sector público avance en incentivos para la compra de vehículos de nuevas energías y que, a medida que el mercado madure, actores privados —principalmente internacionales— desplieguen la infraestructura de carga necesaria.

“En la mayoría de los mercados, la infraestructura de carga termina llegando desde el sector privado, cuando hay una señal clara de que la transición es sostenible”, explica el ejecutivo. “Esa ha sido la experiencia comparada en otras regiones del mundo”, agrega.

Chile como hub estratégico

Que Mike Bowers observe el panorama desde Chile no es casual. El país es el principal mercado de Inchcape en la región y su base regional. De los más de 6.500 colaboradores que la compañía tiene en las Américas, cerca de 2.000 están en Chile. Aquí se concentra el equipo regional y se prueban muchas de las apuestas estratégicas del grupo.

“Chile es nuestro mercado más grande y el lugar lógico para tener la sede regional”, resume Bowers. En un mercado altamente competitivo —con más de 120 marcas y modelos—, Inchcape lidera con cerca del 24% de participación, una posición que la compañía busca consolidar y expandir, especialmente en el segmento de vehículos de nuevas energías.

Bajo su operación la compañía ya concentra el 17% de mercado regional de NEV en 2024, alcanzando 44% en Chile. Recientemente inauguró un EV Center en Costa Rica y nuevos centros logísticos en Perú y Colombia.

La relevancia chilena se inserta en un contexto mayor. “Nos organizamos en tres regiones: Asia Pacífico, Europa y África, y luego las Américas. Si retrocedemos a 2024, las Américas representan el 37% de los ingresos y el 46% de las utilidades antes de impuestos. Así que su contribución al grupo completo es realmente crítica”, define.

– ¿Qué planes tienen planes para fortalecer su presencia?

“Nuestra ambición en los próximos cinco años es duplicar el tamaño de nuestro negocio aquí en las Américas. Tenemos una gran plataforma, un gran negocio, pero vemos mucha más oportunidad. Es en las Américas donde somos más relevantes para nuestros socios OEM, las marcas.

Somos realmente relevantes para ellos en los mercados que son demasiado pequeños o un poco más complicados para que ellos puedan operar por sí mismos. Ya sea que pensemos en Chile, Argentina, Perú, Colombia, Ecuador, o a través de toda Centroamérica y hacia el Caribe; todos son una gran oportunidad estratégica para nosotros”.

Un portafolio diverso y de largo plazo

A nivel global, Inchcape trabaja con cerca de 60 fabricantes, priorizando relaciones de largo plazo con marcas que —en palabras de Bowers— “resisten la prueba del tiempo”.

 –¿Cómo seleccionan las marcas para cada mercado?

“Tenemos relaciones globales con cerca de 60 marcas OEM diferentes. Y muchas de esas relaciones son realmente de largo plazo, donde hemos trabajado con esas marcas por muchos años en diferentes mercados. Elegimos trabajar con marcas ganadoras y que resisten la prueba del tiempo, que tienen longevidad. Seleccionamos pensando en el éxito de largo plazo y en asociaciones que puedan sostenerse”.

En Chile, esa estrategia se ha traducido en la incorporación de nuevas marcas NEV del grupo Changan, como AVATR y Deepal, junto a la mantención de un portafolio que abarca desde marcas masivas hasta segmentos premium. También han incorporado en su grupo comercializadoras como Derco, Ditec e ITC Group, lo que les da el derecho de distribución de Porsche, Volvo y Jaguar Land Rover en Chile y Suzuki.

La diversidad no es contradictoria, sino parte de la visión tras la estrategia de crecimiento Accelerate+ que también ha apostado por categorías adyacentes, como las motocicletas premium, con Harley-Davidson como emblema.

“Los dos grandes elementos de nuestra estrategia global Accelerate+ son escalar y optimizar. Porque cuando pensamos en la ruta, pensamos en autos de pasajeros, por supuesto, pero también pensamos en categorías adyacentes. Dentro de esas categorías adyacentes, vemos los camiones y la maquinaria como un impulsor muy importante de crecimiento y una buena oportunidad para nosotros en la región”, explica.

Una carrera marcada por la sostenibilidad

La mirada de Bowers combina esa lógica de negocio con una trayectoria personal poco convencional en la industria. Abogado de formación, ingresó a Inchcape en 2015 como Group General Counsel y fue una figura clave en la estrategia de fusiones y adquisiciones que transformó a la compañía en un actor global.

Más tarde, como Chief Sustainability Officer, integró la agenda ambiental y social en el corazón de la estrategia de crecimiento.

Hoy, desde la jefatura regional, esa combinación sigue presente. No es casual que, cuando habla de movilidad, lo haga también desde una experiencia personal. En Santiago se mueve en un BMW X3 —“práctico para la ciudad y con espacio para la bicicleta”, dice— y recuerda con humor su primer auto: un pequeño Suzuki que manejaba por caminos secundarios en Grecia, a comienzos de sus veintes.

Historias íntimas que conviven con cifras mayores, pero que refuerzan una idea central: la movilidad importa porque impacta directamente en la calidad de vida. Más aún en América Latina, donde el auto propio sigue siendo un símbolo de autonomía y oportunidad, y sobre todo ahora donde la transición hacia tecnologías más limpias no tiene marcha atrás.